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martes, 9 de septiembre de 2008

HISTORIA SÍSMICA DE BOGOTÁ I

Esta serie de artículos pretenden mostrar que Bogotá tiene una historia sismica no muy conocida por sus habitantes, la prevención y la preparacón por parte de sus habitantes se ha ido perdiendo por el distanciamiento de estos eventos; en estas ultimas fechas que se han presentado algunos eventos es bueno documentarnos y saber que hacer en estos casos
En estos escritos que encontre en la web empezamos por ver la historia y posteriormente les publicare las medidas de prevención y que hacer en caso de sismo.

UNA CULTURA SÍSMICA PERDIDA
Hasta los primeros años de la década de los años treinta Bogotá tenía memoria de los sismos que habían causado daños y muertos en la ciudad. El último de ellos había ocurrido en 1917 y posteriormente se habían sentido, causando algunos daños, los terribles terremotos de Gachalá en los últimos días de 1923 y los primeros de 1924. Sin duda la grave serie de terremotos de Nariño, ocurridos entre 1923 y 1936, recordaron a los bogotanos su propia sismicidad pero aparentemente el olvido se apoderó de los terremotos destructores de la ciudad.

Ni el sismo del Antiguo Caldas en
1938, el de Pasto en 1947 ni el de Norte de Santander en 1950 parecen haber contribuido a mantener la memoria sísmica de Bogotá. El 9 de febrero de 1967 la ciudad fue nuevamente sacudida por un sismo y el saldo de víctimas fue relativamente importante: trece muertos y unos cien heridos.

Un pequeño pero muy significativo sismo había causado daños en septiembre de
1966. Sin embargo, si se preguntara en Bogotá al ciudadano común sobre la probabilidad de que un sismo afecte seriamente a su ciudad, en la gran mayoría de los casos su respuesta sería la negación ó el desconocimiento.

Se puede hablar en Bogotá de una cultura sísmica perdida.
Quien dé una mirada a la historia de Bogotá encontrará claros componentes de una cultura sísmica como leyendas precolombinas, errores, hechos históricos indiscutibles, predicciones, interpretaciones y hallazgos. Sin duda alguna, los chibchas conocieron grandes terremotos, tan grandes que quedaron registrados en su mitología.

Figura. Bogotá en la década de los años treinta en una tarjeta postal de la época.

La ciudad conservaba aún las huellas y la memoria de los últimos
sismos que causaron daños, en particular los de agosto de 1917. Fray Pedro Simón describe en las primeras décadas del siglo XVII los recuerdos que quedaban entonces y los da a la luz en 1627 en sus conocidas Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales. Desde la época de Simón la historia bogotana menciona sismos, algunos comprobados, otros dudosos o inexistentes: Cajicá fue destruido por un sismo en 1616 (Espinosa, 1994ª, 2003) pero el sismo que tradicionalmente se menciona como el primero de la historia de Bogotá, supuestamente ocurrido en 1625, realmente no existió (Espinosa, 1994b, 2003). Otros sismos, como los de 1743, 1785 y 1826 están en cambio bien documentados y sus daños fueron muy notables. El de 1785 tuvo además gran impacto en muchos aspectos: por primera vez se plantean necesidades como la mejor adecuación de las construcciones frente a los sismos y el abastecimiento de materiales de construcción.

El sismo da la ocasión para que
se publique por primera vez un periódico en Santa Fe, el conocido Aviso del Terremoto al cual sucederá la Gaceta de Santa Fe. No faltaron en la historia de Bogotá los intentos para predecir futuros eventos sísmicos. El más conocido es el que se atribuye al sacerdote Francisco Margallo en un verso que dice: El 31 de agosto de un año que no diré Sucesivos terremotos destruirán a Santa Fe Desafortunadamente esa predicción tiene poco sustento histórico pues fue dada a conocer inmediatamente después del terremoto del 31 de agosto de 1917 (Correa, 1962).

El Padre
Margallo sí fue autor de una predicción de la cual hubo testigos en 1827. Poco antes del terremoto del 16 de noviembre de 1827 anunció que algo grave sucedería a la Capilla del Sagrario pues había sido profanada (se habían realizado allí las exequias de una persona muerta en un duelo). La capilla y muchos otros edificios quedaron gravemente averiados por el sismo, uno de los más fuertes de la historia de la ciudad.

Los análisis y las interpretaciones dados en Bogotá a los sismos que la afectaron van de lo más objetivo a lo más fantasioso. Curiosamente, en épocas tempranas de la historia se encuentran informes, como el de don Alonso Benítez, funcionario de la Real Audiencia comisionado por esta última para evaluar los daños ocasionados por un sismo en Tunjuelo en 1644.

Los efectos que
describe son tan exactos e imparciales que han permitido sacar conclusiones sismológicas y geotécnicas sobre el evento (Espinosa, 1994a, 2003). Desafortunadamente, la objetividad no fue siempre la regla; se llegó en algunos casos hasta a atribuir causas políticas a los sismos.

Nos
cuenta Don José Manuel Restrepo en sus Memorias (Restrepo, 1954) que en la década de 1820 – 30 se culpó a Simón Bolívar de varios sismos: coincidencialmente ocurrieron inmediatamente después de su llegada a Bogotá. En una historia tan larga y compleja, los hallazgos no son cosa rara. Varios sismos relativamente importantes escaparon durante siglos a los compiladores de la sismicidad de la ciudad. Sin duda el más notable es el que afectó seriamente el actual sur de la ciudad, en esa época ocupado por estancias dispersas alrededor de la población de Tunjuelo, ya mencionado en el párrafo anterior; el hecho ocurrió el 16 de marzo de 1644.

Un poco menos espectacular pero también de alto
significado es el que había destruido la pequeña población de Cajicá en 1616. Puede parecer poco creíble pero durante el siglo XX al menos diez sismos sentidos fuertemente en la ciudad no fueron registrados en los catálogos sismológicos.

FUENTES DE INFORMACIÓN SOBRE LA HISTORIA SÍSMICA DE BOGOTÁ

Bogotá, una ciudad que posee un patrimonio histórico documental importante, dispone por lo tanto
de fuentes abundantes y confiables sobre los sismos que la han afectado durante los últimos quinientos años y algunas indicaciones sobre eventos anteriores a la llegada de los españoles. Espinosa (1994b, 2003) hace análisis detallados de las fuentes de información.

Los estudios anteriores sobre el tema incluyen la compilación básica de Jesús Emilio Ramírez
(1975), los catálogos posteriores (ITEC-ISA, 1979, 1988; Ocola ,1984 y Goberna y otros, 1985), e investigaciones específicas como las de Sarria (1985), Alvarez (1987) y Espinosa (1994 a, b, 2003).

La nueva información, vale decir aquella que no se encuentra en los estudios sobre el tema
específico de la historia sísmica de Bogotá, puede ser secundaria o primaria.

La información
secundaria, proveniente de autores que no fueron testigos directos, se encuentra en documentos de una gran diversidad: obras de geografía, antropología, historia regional, historia religiosa y otros.

Para encontrar información primaria (proveniente de testigos presenciales) hay que dirigirse,
www.sogeocol.edu.co según la épocas a relatos de cronistas, documentos de archivos históricos, informes de naturalistas y de viajeros ilustrados, prensa escrita, testimonios, correspondencia de testigos, etc.

Bogotá
cuenta con centros documentales importantes en los cuales se ha conservado un gran acopio de informaciones, tanto secundarias como primarias, sobre los sismos sentidos en la ciudad durante los últimos quinientos años.

Fuente:

SOCIEDAD GEOGRÁFICA DE COLOMBIA

ACADEMIA DE CIENCIAS GEOGRÁFICAS
www.sogeocol.edu.co

ARMANDO ESPINOSA BAQUERO

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