Cada vez son más las personas que, ante la escasez de trabajo
estable, se plantean la misma cuestión: empezar su primera aventura
empresarial. Dentro de este colectivo, existe mucha gente en paro (en
muchos casos, desde hace mucho tiempo) cuya casi única vía de salvación
es buscarse la vida e inventarte el trabajo.
El problema es que, en muchos casos, la persona parte con recursos
económicos muy reducidos o nulos. Constituir cualquier sociedad requiere
un desembolso mínimo de dinero a pesar de que Internet y las nuevas
tecnologías han allanado el camino
para montar una empresa sin tener que realizar mucha inversión inicial.
Sin embargo, siempre existirá un coste no visible en términos
económicos y temporales pero que siempre conviene tenerlo en mente: el coste de oportunidad.
El coste de oportunidad mide, a la hora de elegir entre un conjunto de diferentes alternativas disponibles, el valor de la mejor opción no realizada.
El coste de oportunidad es un elemento fundamental para diseñar un buen
modelo de negocio y un producto lo suficientemente atractivo como para
que tenga sentido en el mercado, pero que no siempre se tiene en cuenta.
Es interesante constatar que no solo hablamos de la existencia de
coste de oportunidad cuando estamos decidiendo en dónde colocar nuestros
capitales, sino también cuando tenemos en cuenta el factor tiempo. En
este sentido, cualquier decisión que tomemos implica dedicar esfuerzos y trabajo a esa tarea, renunciando de este modo a otra oportunidad diferente (aunque no por ello mejor).
Por ejemplo, si prevemos que nuestro proyecto empresarial vaya a
tener una rentabilidad de un 5% anual y la rentabilidad de un activo sin
riesgo, por ejemplo un bono soberano a 10 años, es del 3%, la
rentabilidad adicional será del 2%, puesto que siempre podríamos haber
destinado los capitales a un activo sin riesgo al 3%. Pero además,
existe el coste invisible del tiempo destinado a llevar nuestro proyecto
a buen puerto y no a realizar otras tareas, como ocurriría si
hubiésemos invertido en el bono.
Por este motivo, no solo es necesario tener en cuenta el coste de
oportunidad del capital empleado en nuestro negocio, por pequeño que
sea, sino también el coste de oportunidad del factor tiempo,
tan importante o más que el anterior. Introducir el coste de
oportunidad en la reflexión estratégica nos da nuevas respuestas y
nuevas perspectivas que hemos de tener en cuenta y gestionar de manera
adecuada.
Fuente: Pymes y Autonomos
V&M Ingenieros Ltda.
http://sites.google.com/site/vymingenierosltda/
Calle 12B # 9-33 Ofna 613
Bogota Colombia
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Cel. 57+3014077509
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